¿Nos puede ayudar ser mejor discipuladores? Eso fue la pregunta de un grupo de pastores que encontramos con esta semana en la capital de El Salvador. Se habían dado cuenta de, aunque su país tenga una abundancia de iglesias, y de la mayoría de personas allí profesa para ser cristiano, que las personas no reflejan su fe en sus vidas diarias.
Identificaron dos desafíos que encaran allí. El primer es uno de tener materiales adecuados para nuevos creyentes docentes. El segundo entrena en cómo a enseña efectivamente e intencionalmente nuevos a creyentes y crea una cultura de discipulado. Compartimos soluciones a de estos desafíos y de somos emocionados muy hacer así. Esto tiene el potencial para multiplicar más allá del primer grupo de iglesias a muchas otras iglesias a través del país. Como uno de ellos dijo, hay una necesidad de “replantar” la iglesia en El Salvador.